Los problemas alimentarios en los países desarrollados son muy diferentes de los que existen en los países en vías de desarrollo. Mientras que los países más pobres tienen como problema principal la desnutrición de gran parte de su población, en los países denominados ricos el problema tiene que ver con la obesidad, sobre todo infantil, como consecuencia de una alimentación abundante pero desequilibrada.
Los expertos en nutrición infantil aseguran que para evitar el exceso de peso de la población es necesario que se implanten hábitos de alimentación saludables, pero no basta solamente con decirlo, puesto que se lleva una gran cantidad de años diciendo lo mismo pero el problema persiste, lo que indica que se hace poco caso a los consejos de estos profesionales.
Uno de los problemas más acuciantes que se pueden derivar de la obesidad es el riesgo de que se produzcan problemas cardíacos en una etapa muy temprana de la vida, además de otros síndromes como la diabetes o el aumento de los niveles de colesterol, que pueden producir incluso la muerte a una edad muy joven.
Para que los hábitos de nuestros hijos sean más saludables, es necesario empezar desde tierna edad a incluir alimentos nutritivos y evitar las grasas y los dulces, dejándolos solamente para ocasiones especiales, y enseñar con nuestro propio ejemplo ya que si nuestros hijos ven que nosotros no consumimos estos alimentos enseguida comenzarán a poner en duda nuestras palabras. Además, nuestra propia salud nos lo agradecerá.